Después de unos días de "descanso", vuelvo a la oficina y no encuentro lo mismo que otros años en agosto.
De hecho ya empezó el mes de una forma distinta. Más de un compañero coincide conmigo en trabajar la primera semana de agosto para liquidar temas pendientes e irse de vacaciones con la mesa lo más vacía posible (aunque siempre queda algún montón). Éste año, nos sorprendió la tranquilidad con la que empezaba el mes, con poco movimiento y menos tonos en el teléfono que de costumbre.
Normalmente, todos los años he trabajado alguna semana de agosto y suele haber poco trabajo en oficina, sobretodo los que nos relacionamos con Administraciones Públicas y clientes particulares, pues todos se van de vacaciones, pero siempre hay tareas urgentes o algo pendiente de cerrar.
Éste año parece que hayan desaparecido empresas, trabajadores y teléfonos, nadie está y a nadie encuentras.
Mi percepción, allá por el mes de mayo, cuando el sol empezaba a calentar en nuestra Alicante, ya era distinta a otros años pues me cruzaba con muchos jóvenes de 25 a 35 años incluso alguna que otra familia entera a las 10:00 de la mañana de un día entre semana, de camino a la playa preparados para tomar el sol. Por desgracia, muchos de ellos lo hacían mientras cobraban su paro.
Conforme ha avanzado el verano, voy comprobando que hay menos industrias y oficinas abiertas y más bares, restaurantes y cafés llenos de gente y camareros nuevos contratados en temporada alta.
Parece que España haya CERRADO POR VACACIONES y los españolitos hayan colmado playas, chiringuitos y restaurantes tanto delante como detrás de la barra. Mi duda es, ¿qué pasará en septiembre cuando cierren los chiringuitos y muchos no tengan oficina, obra de construcción o industria dónde volver?
