FORMACIÓN, PLANIFICACIÓN Y MARKETING

Mi foto
ALICANTE, ALICANTE, Spain
PROFESOR DE TECNOLOGÍA La virtud está en el término medio (Aristóteles).

martes, 15 de noviembre de 2011

UN VOTO ÚTIL

Tras mi último post y para seguir los propios consejos, cosa que deberíamos hacer más a menudo, estoy apartado del bombardeo de publicidad electoral, ejerciendo mi semana, que no jornada, de reflexión.

Buceando en Internet, he encontrado un artículo de la revista CAPITAL, dedicada al mundo empresarial y económico, cuyo contenido es bastante atractivo. Opiniones subjetivas a parte. El caso es que me ha sorprendido gratamente un artículo reciente del que os dejo el enlace aquí y en el título, sobre "VOTAR EN BLANCO PARA ELIMINAR EL SENADO".

En resumen, es importantísimo plantearse bien de qué forma quiere uno protestar contra la inutilidad política que sufrimos en la actualidad. No vaya a ser que nos quedemos como los "i" de Sol, que ya son "i" por partida doble: "indignados" e "ignorados".

Por si no tenéis tiempo para leer el artículo, aunque os lo recomiendo, os resumo el análisis. El voto en blanco o abstención no sirve para protestar:


  1. Porque es inútil, puesto que si un solo votante vota a PP o PSOE, éste valdrá más que millones de votos en blanco.

  2. Porque si lo que uno quiere es que desaparezca el Senado, no lo puede conseguir directamente en las urnas, solo tiene dos opciones: esperar a que el próximo Gobierno cambie la Constitución o recoger suficientes firmas para que llegue al Senado y/o Congreso, (vaya redundancia).

  3. Porque lo que si uno quiere es protestar contra el bipartidismo y piensa que algún partido minoritario puede hacerlo mejor, (cosa que nunca se ha comprobado), un voto en blanco es un voto menos para ese partido minoritario (IU, UPyD, etc.).

Es decir, si habíais oído hablar de votar en blanco y pensabais hacerlo como protesta, es mejor que lo hagáis en consecuencia de su significado. La decisión es de cada uno, gracias a Dios!!!

lunes, 14 de noviembre de 2011

LA SUERTE ESTÁ ECHADA

Tras mi estancia en Noruega el pasado mes de septiembre, en plenas elecciones en ese maravilloso país, me llenó de envidia sana ver como allí se renuncia al gasto masivo para la publicidad en la campaña electoral. Resulta curioso que un país tan rico a nivel económico tenga tan claro que el dinero del pueblo no se puede malgastar en ciertas cosas. Allí, donde sobra el dinero, no se usa para estas cosas.


Hoy lunes, a falta de seis días para decidir en las urnas a nuestro próximo gobierno, me doy cuenta de que nos siguen bombardeando con encuestas, mítines y propaganda electoral. Sin embargo, a estas alturas, coincidiréis conmigo en que es innecesaria. Prácticamente el 99% de la población ya sabe lo que va a hacer el domingo. Votar a uno, otro o el tercero, abstenerse, votar en blanco, lo que cada cual haya decidido, pero con las mínimas dudas ya.


Por eso hoy me siento estafado por nuestro sistema electoral y de partidos. Mi dinero lo están tirando a la basura. Es lógico que durante un periodo de tiempo utilicen unos mínimos recursos para llegar al pueblo e intentar convencernos, pero es vergonzoso que sigan derrochando cuando LA SUERTE ESTÁ ECHADA. Y más con los tiempos que corren. Esto sí es indignante.