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PROFESOR DE TECNOLOGÍA La virtud está en el término medio (Aristóteles).

viernes, 30 de septiembre de 2011

VIAJE A NORUEGA

Tengo que reconocer que últimamente tengo el blog un tanto olvidado. El motivo está justificado y es el par de meses completitos que llevamos de relaciones sociales y familiares entre viajes, visitas, almuerzos, cenas y lo que haga falta.

Pero después de nuestro viaje a Noruega, en la primera semana de éste mes de septiembre, era obligado escribir un post con las maravillas de tan fascinante país. Elegante y apetecible sociedad basada en la confianza y educación con una ley que destaca por encima de cualquier otra: "La Ley del Hombre Libre" que preserva la libertad de cualquier persona para pasear por tu jardín y sentarse en tu porche si le apetece o, incluso traer a su mascota por allí. Teniendo en cuenta que la mayoría de viviendas constan de jardín y algunas parecen tener un parque entero, es incomprensible para un español, ver como las vallas y cerramientos de tu finca no pueden obstaculizar el paso a los transeúntes por ley y que todo el mundo lo respete sin incidentes aparentes. Un dato para muestra: solamente se cierran y protegen con seguridad las tiendas de venta de bebidas alcohólicas, ni los bancos, ni las casas, ni ningún otro comercio o vivienda.


Una sociedad con una democracia madura y envidiable, con listas abiertas, con referéndums para las cosas importantes y en la que el pueblo es dueño de si mismo y no marionetas en manos de políticos. Seguro le encontraríamos pegas, pero ni la décima parte que a la nuestra. La razón, como dice el refrán, es que el dinero no da la felicidad, pero ayuda, y en el caso de Noruega el petróleo de sus costas, (hablamos del tercer exportador mundial), es una fuente de riqueza que permite que unas gentes de cultura envidiable puedan, además, organizarse y disfrutar de la vida casi sin preocupaciones. No tienen paro (menos del 3%), los ratios de pobreza son insignificantes y sobretodo no hay inseguridad o miedo. Así se entiende que cuando aparece un loco como el del pasado julio nadie lo entienda ni lo espere, es un caso aislado en varias generaciones.


A los afortunados noruegos solo les faltaría tener un clima mediterráneo, pero entonces no gozarían de una naturaleza grandiosa y que enamora a cualquiera. Dudo que en el planeta existan muchos más lugares donde los elementos y el paso del tiempo hayan creado tan maravilloso espectáculo. Me quedo con la definición que un hombre dio el otro día en televisión: "es como si hubieran puesto los Alpes en medio del mar", añado yo: "unos Alpes enormes en un mar salvaje, una naturaleza que se ha desbordado a su antojo".